ENSAYO
La adicción a
Internet es un deterioro en el control de su uso que se manifiesta como un
conjunto de síntomas cognitivos, conductuales y fisiológicos. Es decir, la
persona 'netdependiente' realiza un uso excesivo de Internet lo que le genera
una distorsión de sus objetivos personales, familiares o profesionales. El
trastorno de dependencia de la red se ha conocido con muchos nombres: desorden
de adicción a Internet –Internet Addiction Disorder (IAD)- (Goldberg, 1995),
uso compulsivo de Internet (Morahan-Martin y Schumacker, 1997), o uso
patológico de Internet– Pathological Internet Use (PIU)- (Young y Rodgers,
1998b). El interés y el alcance del problema se ha extendido por la Red de
redes y por los medios de comunicación, contabilizándose con más frecuencia
nuevas referencias a congresos, casos y estudios relacionados con este
problema. Por ejemplo, la Dra. Kimberly S. Young, cifra en unos 400.000 el
número de norteamericanos afectados por el IAD (Internet Addiction Disorder)
-de una población de unos 20.000.000 americanos conectados. Se trataría en
general de sujetos jóvenes, preferentemente varones, con un elevado nivel
educativo y hábiles en el uso de la tecnología.
Se especula con la existencia
de un subgrupo de usuarios caracterizado por la timidez, que encuentra en el
ciberespacio la posibilidad de liberarse de la ansiedad producida por las
relaciones sociales cara a cara, ganando en autoconfianza, dado el relativo
anonimato que Internet proporciona. La tarea de definir la adicción a Internet
es algo que ya de pa rtida es problemático. El uso de Internet (como cualquier
otro comportamiento) es susceptible de crear una adicción en función de la
relación que el sujeto establezca con los elementos implicados. Uno de los
aspectos problemáticos es: ¿a qué se hacen adictos los adictos a Internet? ¿Es
al contenido al que acceden o es a Internet en sí? Respecto a esto Pratarelli y
cols. (1999), utilizan el término de adicción al ordenador/Internet, y la
definen como un fenómeno o desorden putativo que depende tanto del medio como
del mensaje, sin inclinarse a favor de ninguno. Un ejemplo de la problemática
lo encontramos en la relación entre adicción al sexo y adicción a Internet. Un
individuo que fuese adicto a las páginas de contenido sexual, ¿sería un adicto
al sexo, a Internet, o a ambos?. Guerricaecheverría y Echeburúa (1997) exponen
un caso clínico de adicción a las líneas telefónicas de party line y eróticas,
señalando que se trata de una variante de adicción al sexo. En este caso nos
sería difícil de entender que existiera una adicción al teléfono en sí. Por
otro lado, Griffiths (1997) señala la existencia de lo que el llama
"adicciones tecnológicas", que se definen como adicciones no químicas
que involucran la interacción hombre-máquina. Estas pueden ser pasivas (como la
televisión) o activas (como los juegos de ordenador o Internet). Esta sería una
modalidad de las adicciones psicológicas, que a su vez incluiría a la adicción
a Internet.
Para la gente el concepto de adicción incluye tomar drogas,
la mayoría de las definiciones sobre lo que es una adicción se centran en el
abuso de sustancias. Sin embargo hay un movimiento creciente de autores
(Echeburúa, 1999; Griffiths, 1998) que encuentran una serie de conductas
potencialmente adictivas, incluyendo muchos comportamientos que no implican el
consumo de drogas. Estas adicciones no químicas incluirían conductas como el
juego, el sexo, el trabajo, las compras o el uso de Internet (Echeburúa, 1999).
Sin embargo, las adicciones psicológicas o no químicas no se encuentran
incluidas como tales en el DSM – IV, en las que el término adicción se reserva
para los trastornos producidos por el abuso de sustancias psicoactivas. En el
DSM – IV (APA, 1994) la s adicciones psicológicas vendrían incluidas en los
trastornos del control de impulsos, tal como aparece el juego patológico. En
relación con las adicciones en generalAlonso-Fernández (1996) señala que los
problemas aparecen (y también respecto a Internet) cuando "existe una
absoluta necesidad de desarrollar esa actividad y se experimenta ansiedad si no
se lleva a cabo". Según Echeburúa y Corral (1994) cualquier conducta
normal placentera es susceptible de convertirse en un comportamiento adictivo.
Se podrían hacer usos anormales de una conducta en función de la intensidad, de
la frecuencia o de la cantidad de dinero invertida y, en último termino, en
función del grado de interferencia en las relaciones familiares, sociales y
laborales de las personas implicadas. Los componentes fundamentales de los
trastornos adictivos serían la pérdida de control y la dependencia. Por lo
tanto lo importante en la adicción no es la actividad concreta que genera la dependencia,
sino la relación que se establece con ella. Es una relación negativa, incluso
destructiva que el sujeto se muestra incapaz de controlar.
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ResponderEliminarhttp://www.jogoremoto.pt/docs/extra/BL5L6u.pdf